5475

5475

Rodrigo Castelán

RCA

Castelán, R. (2020). 5475. México: RCA.

Una idea descabellada.

Mala idea.

Los demonios son alborotados en presencia de algo noble.

La gente no entiende nada

No tienen por qué.

Finalmente.

Los religiosos de aquel tiempo no debieron nacer.

Los religiosos de aquel tiempo y de aquellos templos eran malaventurados. También eran malnacidos.

La ignorancia estaba por destaparse por millonésima vez.

Hubiera sido mejor no haber nacido.

A nadie le convenía lo que estaría por suceder.

Las peores ideas surcaban las cabezas huecas de los impostores.

Tales impostores rodeaban a la luz pero también le estorbaban.

Pero ellos lo veían al revés.

La luz les estorbaba.

Nunca se imaginaron lo que era poseer un cerebro y un corazón.

Los peores días estaban por aparecer.

Pero los buenos también.

Los buenos días son y fueron cuando los malignos fueron sumergidos.

Dentro de las profundidades de los abismos.

La tierra se abrió para tragarse a toda esa escoria.

Pero eso estaría por llegar.

La justicia finalmente prevalece en este mundo porque es lo único que posee.

Era mejor no haber nacido que permanecer y hacerse viejo.

Y así aumentando los niveles de estupidez.

No se trataba de una ira sin razón.

Sino de una envidia infinita.

Pero también un desconocimiento total.

Se trataba de todos y cada uno de todos los defectos.

Los que pudiera albergar el universo mismo.

Todo lo anterior contenido dentro de una sola persona.

Y a su vez toda esta basura en varias personas.

Si es que se les puede llamar así.

Los defectos finalmente tienen terminación.

En palabras con significados vagos.

El efecto es subjetivo y parcial.

No directo.

Simples palabras.

Ni las palabras ni las imágenes podrían describir tanta polución humana.

Sería igualmente ingrato no dar crédito a todos esos cerdos vivientes.

En algo tenía que recaer la culpa total de todas las estupideces universales.

El bien y el mal.

Los que pertenecen al bien y los del mal.

Debe haber diferencia y se debe notar.

Los que buscan la consistencia de la paz.

Los que buscan la inconsistencia de lo que es contrario a la paz.

Los que buscan el silencio.

Los que del silencio arman su hogar.

La paloma de la paz es un artefacto mental.

Viviente dentro de las mentes nobles.

Los malvados carecen de vida realmente.

Los malos siempre serán vacíos por dentro.

Por ende, afuera.

Estos son los marcados para la muerte en vida.

No se necesita que mostraran más credenciales.

Es la basura y como tal es evidente.

No puede esto cambiar.

Porque basura son.

Y en basura volverán así como escrito estuvo.

Alguien tiene que ocupar este lugar infernal.

Tal sitio es sólo para los falsos.

Para los carentes de todo.

Estos son fieles al plástico y lo anormal.

Los disparates son su sangre.

Nadie los puede cambiar.

Nacieron para decepcionar al universo.

A la raza humana.

Y a la raza del Divino.

Estos son y pueden ser los principales actores.

En esta historia se ladra lo que no debió ocurrir jamás.

Narra los elementos correspondientes a la ignorancia.

Una que es y está activa en todas las direcciones.

Y en todas las cantidades imaginables.

Es insostenible las capacidades y formas de la ignorancia.

Su traje.

El cuerpo humano de tales cerdos.

Cerdos.

Es la apariencia de estos sujetos.

No lo pueden borrar.

No lo pueden hacer de otra forma.

Poseen forma única.

La del mal.

La de las bestias más vomitables de la historia.

Una historia sin fin.

Una histeria colectiva.

La histeria resurge cuando no hay lógica ni verdad ni justicia en la lengua.

Esto debido a que no hay cerebro.

No hay raciocinio.

Siguiente lectura.

El demonio se aprovecha de tal cerdo marrano.

El cuerpo de tal bestia se convierte en la botarga.

El dueño o titiritero es el maligno.

Todo esto es más ridículo que certero.

Más estúpido que del miedo.

Es más basura.

Las cosas buscan o persiguen a sus iguales.

En este sentido la basura sigue y busca perpetuarse con más basura.

Son las cosas de los pobres diablos.

Las cosas que no sonde la inteligencia.

Las que no son de Dios.

Éstas son retomadas entonces por los necios que no saben qué hacer.

Por lo mismo tiemblan como si se hubieran drogado.

Pero sólo se han drogado con la fragancia de la ineptitud.

Con el aroma de la inutilidad y de lo indecente.

Con la peste de los nervios que son efecto de la desesperación.

De no saber quién es uno.

De no saberse humano.

Pero tampoco animal.

Por tanto.

Saberse una maldita basura del infierno.

Una que puede atreverse a encarar a cualquier prójimo como iguales.

Siendo que no somos iguales.

Menos tratando de competir contra el hijo de Dios.

Mas un cerdo estúpido sí puede arremeter contra lo que sea.

Siempre fallará pero siempre se afanará.

Porque cerdo podrido es.

Y ésta es la mecánica cuántica.

La cuantitativa.

Ésta es la forma de proceder en sociedad.

El que presume porque está enojado.

Y tiene que hacer que todos se den cuenta.

Mas lo único que cuenta es que tan callado puedes estar.

Qué tan obediente puedes ser.

Qué tan noble y localizador del silencio.

Porque después viene la paz.

Y luego, por supuesto.

La alegría y la felicidad.

Pero el que nace para soldado sólo quiere guerra.

No sólo busca golpear.

Sino que le golpeen también.

Son bestias.

Hay otros que no nacieron ni para una ni para otra cosa.

Al saberse estorbos.

Se someten a los senderos del orden social.

Fungen como la policía.

Mas no saben nada de ética.

Ni de leyes.

Nada de filosofía.

Ni de investigación.

Ni de moral.

No saben ni quienes son.

Por tanto se desconocen.

Como tales.

No pueden autocontrolarse.

Desatienden a Platón.

Evaden la realidad.

Escupen sobre la vida y su lógica innata.

Es la parte criticable que siempre está para criticarse.

Es imposible no criticarla.

Debido a que la ignorancia es para criticarse.

Porque se debe y merece una reparación.

Porque a quienes se critica, son los necios.

Los minotauros que no quieren cambiar.

No desean cambiar en nombre de nada.

Ni de sus madres.

Porque no las conocen.

Nacieron para ser fisgones.

No honorables.

Para ser pillos.

Para ser cobardes y mugrosos delincuentes.

Para ser irrespetuosos y despectivos majaderos.

Y los hay entre los que ejercen y los que ejercen pero en el escritorio.

Los pasivos y los activos.

Todos una parvada de errores de la naturaleza.

Sólo nacieron para que tarde o temprano la paguen en el infierno.

No debieron nacer.

Su nacimiento fue un error.

Ellos fueron expulsados no por la vagina.

Fueron expulsados por el ano.

Y algún día regresaran al ano del infierno a pagar todas sus culpas.

Toda su basura y estupidez.

Y nadie se salvará de tales horrores.

Platón ya lo había conferido tiempo después.

Pero al mismo tiempo.

Antes.

Porque se trata de la lógica de la vida.

No tiene sentido meterse en los asuntos de los demás.

A no ser que seas un arrogante.

A no ser que se sea un imbécil.

Un estúpido.

Una basura inmunda.

Menos que nada.

Si la basura no se tira sola.

Hay que tirarla de inmediato.

Los peores episodios son los que contienen personas en estos.

Son los actores que nadie querría invitar jamás.

Pero se emplean porque no hay otra de dónde cortar.

Cuando lo único que merece ser cortado de tajo.

Es el humano mismo.

Es la parte decepcionante de cualquier capítulo.

No existe algo más bajo.

Ni los infiernos lo son.

El infierno es sólo el lugar de donde brota tanto humano desperdicio.

Ahí nacieron y ahí volverán.

Mismo en los infiernos los humanos estorban y son basura ejemplar.

No son los otros humanos los únicos que se quejan de la escoria humana.

Los demonios también vomitan tales asquerosidades con patas.

Nadie podría sentirse complacido por el ser humano.

Las palabras que recita Dios en persona son otras.

Es un cántico que solicita al Arcángel Gabriel.

Lo solicita a cada rato para que aniquile a la raza humana.

Justo por nefastos y asquerosos estúpidos.

Porque la estupidez es lo primero y último necesario para iniciar un plan.

Una idea.

Borrar del mapa al que nos estorba.

Desaparecer al que está ávido de convertir a las personas.

Al mago dispuesto a transformar a las bestias en seres humanos.

El tipo que tiene misericordia en su sangre.

Por lo que posee una sangre bendita y de vida eterna.

Es una joya única.

Como tal debería ser remplazada y empalada.

Crucificada en este caso.

Porque de lo contrario impide el comercio libre.

El comercio de los religiosos de la época.

Una sarta de estúpidos libidinosos.

Puros facinerosos en potencia.

Es inaudita la falsedad de la mayoría.

Es virtuosa la urgencia del total.

Ésta consiste en mencionar los aspectos no visibles a todo el mundo.

Un reino que tiene que ver con las cosas de Dios.

No con las cosas de los hombres.

Por tanto.

Alejadas de la sangre.

La guerra y la violencia constante.

Los hombres no saben otra cosa más que cometer errores de constante.

Los hombres siempre están dispuestos a las imprudencias.

A las violencias y a los golpes.

Porque parece ser que se sienten muy hombres.

Y éste es el significado de ser muy fuerte.

De ser inofendible.

Pero estos son los juegos de los animales.

De las bestias.

Las cuales no encontrarán ningún lugar.

Mismo en el infierno.

El infierno se encontrará rebosante de tanta basura.

Éste no podrá albergar más desperdicios humanos.

Llegará un momento en que hasta los mismos demonios se detendrán.

Y tendrán que dedicarse a otra cosa.

Menos a lo que han venido haciendo.

No se sabe cuál sea su paradero final.

Porque al menos el infierno no podrá albergar a más cerdos.

Todo esto para conllevar la creación de un plan malévolo.

Primero la idea de aquel que resulta estorboso a los intereses humanos.

Finalmente quieren vender por un lado.

Y quieren someter a las masas por el otro.

Como siempre ha sido.

Y posteriormente viene la idea forzosa.

Desaparecer a aquel que siempre ha tenido razón.

El cristo estorba a los intereses humanos.

Por tal motivo debería ser barrido de la fas de la Tierra.

En lugar de que sean los mismos religiosos los que se autoerradicaran.

Ponen a otros como prospectos a la desaparición.

Entonces se entretejen las planeaciones de una supuesta venta.

A cambio de algunas monedas.

Y esto según las escrituras.

Es que el hijo del hombre sería entregado a las autoridades.

Como en la actualidad son

Éstas se comportan judicialmente.

Se comportaron como judiciales.

Primero el asecho.

Luego llegan varios hombres a tomarlo.

Estos ejercicios nunca han sido más armónicos.

Siempre en bola.

En montón.

No puede un solo hombre cometer tal acto.

Tienen siempre que llegar cobardemente en bola.

En manada de cerdotes.

Es asqueroso.

Se le aprehende.

Los que ahora le acompañan realmente no saben las razones.

Sólo siguen órdenes.

El mismo Pilato no sabía por qué los religiosos querían al hombre.

Pero o toman y lo llevan a algún lugar.

En este lugar el Cristo llega con la cabeza tapada.

Desde ese momento empieza a recibir bofetadas y golpes en la cara.

De manera cobarde.

Como siempre.

Este lugar es una especie de separo.

Los separos.

Se cruzaba quién sabe qué tipo de personas.

En sí, personas que ni lo conocían.

Ni sabían de su existencia.

Al ser estos policías, se comportaban como tales.

Siempre con violencia.

Ya que no saben otra cosa qué hacer.

No hay más que hacer.

Todo en pro de un plan divino.

Un plan universal.

Un plan que debe salir de manera impecable.

Porque de lo alto proviene.

Finalmente las bestias humanas de dos patas se encargarán de la voluntad.

La voluntad del Padre celestial.

Pero la acción humana o bestial.

Mejor dicho.

Es terrible.

Decepcionante completamente.

Las bestias llevando a cabo lo ideado por el Sol primario.

Son como monos de compañía.

Todo para pasar el rato.

La vida se va en segundos.

Al menos es lo que parece ser.

Los tipos de plástico sirven para nada.

Al menos para esto tampoco.

Para llevar una vida llena de nada.

En vacío total.

Es así como se enfrentan a lo que no pueden ni contener.

La vida y su silencio es demasiado para esos.

Ellos no sirven para nada.

Hasta para recibir órdenes se van limitados.

No entienden ni el idioma.

No saben sobre constructos.

Ni sobre significados.

Ellos pueden llegar y comenzar a golpear.

Como niños jugando a la violencia cobarde.

Es lo único que puede hacer reír a estas bestias de carga.

Como los drogadictos que nunca se ríen.

Excepto cuando ven marihuana frente a ellos.

Así sí pueden ser felices dentro de su vulgaridad.

Propinar algunos empujones puede ser emocionante.

Puede ser lo que destense el día.

Todos se burlan.

Ya que él yace detenido.

Quienes se burlan no saben de qué se burlan.

Sólo saben que él implica algo inexplicable.

Es decir y en efecto.

Nadie entiende qué pasa.

Qué es lo que sucede con ese tipo de los cielos.

Por lo mismo que nadie entiende nada.

Todo mundo se suma a la fiesta.

El festín de los que no entienden nada.

Debido a que carecen de cerebro y de oídos.

Hasta ciegos son también.

Todos ellos se acompañan dentro de su fiesta de porquería.

Sólo los estúpidos dependen de las fiestas para la felicidad.

Sólo las bestias arremeten en contra de ellas mismas.

Se ponen de acuerdo como manada barata que son.

Todos ellos representan la nada.

Son menos que nada.

Todos tienen derecho a apostar y carcajearse.

Arquearse de tanta risotada.

Mas el infierno les espera pasivamente.

Alegremente les recibirá a todos ellos.

De hecho ya fueron recibidos y seguirán.

Seguirán llegando a tales profundidades incandescentes.

En ese momento no se trataba de un profeta.

Ni de un maestro de maestros de maestros.

Sólo de un detenido por razones que nadie puede soportar.

Pilato no puede entender a ciencia cierta qué desean los abogados del mal.

Debe dejarlo ir.

Pilato no quiere que las cosas terminen mal para este señor del cielo.

Lo pone entonces a consideración del pueblo.

Pero el pueblo rebosa de ignorancia.

Rebosa de estupidez.

Rebosa de idiotez.

El pueblo igualmente es basura.

Son los más siempre.

Pero siempre los más nefastos y rastreros cochinos.

No se bañan siquiera.

Y en esos puercos cae ahora la decisión de salvar sí o no al Cristo.

Todos son igual de nefastos que los máximos demonios estúpidos.

Sin embargo después de la desgracia cósmica.

Aún todos ellos murieron.

Comparan al Cristo con dos malhechores.

Los colocan a los tres como dentro de un aparador.

Están a vista de gente ciega y sorda.

Cada loco con su tema.

Los ladrones hablaban con Jesús.

Le preguntaban cosas.

Querían su salvación.

En caso que realmente Jesús tuviese el suficiente poder.

Jesús se apiadaba de ellos y de cualquier otro.

Se requería solamente de solicitar el favor.

La piedad.

La sabiduría y el consejo.

Él estaba para todos.

Para el pueblo.

Pero las masas no entendían nada.

Se trataba de un juego social más.

Una forma y manera de divertir al pueblo.

Los golpes ya había aparecido anteriormente y seguirían hasta el fin del fin.

Los desprecios de la gente.

Escogieron.

Seleccionaron a quien sea.

Menos al redentor.

Los soldados ya se habían hecho cargo del cristo.

En la intimidad de una especie de campo de concentración.

Se hicieron cargo del cuerpo del Cristo.

Latigazos.

Golpes.

Escupitajos.

Ofensas.

Groserías.

Majaderías.

Vulgaridades a granel.

Golpes y latigazos con distintos tipos de armas.

Cada uno de estos azotes desgarraba la piel.

El Cristo pudo esquivar todo esto mediante su sagrada sabiduría.

Colocando su atención en otro lado.

Por ello fue que resistió como ninguno lo hubiera logrado.

Lo golpearon hasta que él desmayó en varias ocasiones.

Pero lo volvían en sí.

Para que la tortura perdurara por siempre.

Todos los soldados jadeaban.

Hasta llegaron a sudar.

Sus respiraciones eran agitadas.

De hecho el ejercicio era absoluto.

Golpe tras golpe.

Tenían que turnarse para poder descansar.

Todo había comenzado como una situación cómica.

Todos se desquitarían de sus principales frustraciones.

Pero todo terminó en un cansancio generalizado.

Entre soldados se encontraban empapados de un cansancio capital.

Luego la cosa era ya un reto.

Era un reto que los mismos guardias se centraran en seguir golpeando.

Ahora la cosa era entre ellos.

Como siempre fue.

Siempre haciendo caso omiso de la divinidad.

Se turnaban los guardias.

Los soldados.

Era una revancha de poder.

De fuerza bruta.

Estas bestias daban lo mejor de sí.

Cada gota de sudor era una credencial.

Como la que tuvieron un viaje directo.

A las puertas del infierno se sometieron.

Nadie los llevó allí.

Mas que ellos mismos.

Sus actos los delataron y los pudrieron en vida.

De momento nadie se percató de tanta violencia.

Porque era más un juego torpe que algo qué hacer en pro de lo justo.

No había nada de justicia ahí.

Como en general nunca la hay en este mundo.

Cada energía perdida por parte de los golpeadores.

Son marcas que se quedaron grabadas.

Y con las que ellos mismos trazaron su aniquilación.

Cada jadeo formó parte de la canción más espeluznante.

Ni todos los tiempos han recogido tanta basura como en esa primera sesión.

Esa sesión de golpes fue la que desató lo primero.

Desató el inicio de un desequilibrio obvio.

La torpeza humana no puede esconderse.

Solamente esperar a que salga a la luz sola.

Cada golpe fue una parte no armónica venida del infierno.

Lista para configurar un canon o una orquéstica funesta.

Cada puñetazo venía del averno.

Todos los golpes orquestaban una pieza horrenda y mortal.

Todos los ahí presentes.

Golpeadores de corazón.

Ya habían cavado sus tumbas.

Era sólo cosa de esperar.

El día retomaría le que le correspondería.

Nadie era consciente de lo que mal hacían.

Si lo hubieran sabido.

De igual forma el destino universal no se lograba.

Toda esa historia quedó teñida de sangre.

Pero igual de perdón de parte del ser cósmico.

Una sola personas sería capaz de rebasar tales conductas.

Con su sola presencia.

Con su solo aliento.

Con su sangre que es vida.

Con su vida misma.

Con su vida en sí.

Concebida.

Mientras los feroces y sus despliegues.

Toda la fuerza de la que son capaces.

Cada golpe es cada llaga.

Cada llaga llega de tiempo en tiempo.

Bastaban segundos para que fueran avistados varios hematomas.

La furia corría por las venas de los adversarios.

Me refiero y sigo hablando de quienes lo tomaron en ese traspatio.

Los soldados.

Los judiciales de aquel tiempo.

Todo se entiende a través de los golpes.

Es el fascismo.

El micro que es macro.

Todo se arregla mediante los balazos.

Cada golpe cada imagen.

Cada recuerdo cada frustración.

De parte de los violentos de satán.

Las imágenes de padres desesperados.

Por haber concebido a hijos primitivos.

Primates primitivos que no servirían para nada.

Mas que para hacer de burros y caballos.

Bien pudieron quitar a los burros de sus puestos.

Porque para la fuerza estaban.

Habían sido creados para enviar a los caballos a descansar.

Y aunque su fuerza no era tampoco tan entera.

Su finalidad de todos ellos era indeterminada.

Eran sólo unos cuantos más que habían nacido.

Nacieron y eso fue lamentable.

Nadie estaría jamás de acuerdo en una más fina estampa.

Todos ellos portaban lo que era obvio.

Y sus padres lo sabían.

Entonces.

Mientras eran pequeños.

Todos esos animales.

Sufrieron las desventajas sociales de esa cápsula familiar.

La que ellos representaban.

Cada quien con su familia particular.

Así como a ellos les golpearon.

Así también ellos desbocaron sus furias.

Sobre aquel del que nada puede decirse.

Lo que vivieron de pequeños verdugos.

Lo vivieron de grandes verdugos.

Nadie les hubiera podido ayudar.

Ya que se trataba de familias de poca sangre.

Básicamente animales salvajes.

Enclaustrados en granjas baratas.

Estos mismos recuerdos aparecían de segundo en segundo.

Dentro de las cabezas siempre huecas.

De los sultanes de las golpizas.

De los perros de honor.

De horror.

Decepción.

Cada brazo estirado.

Con cierta fuerza para completar un latigazo.

Iba acompañado de los traumas de la infancia.

De los dolores familiares de antaño.

De unas familias que en realidad no eran tales.

Sino grupos de animales.

Un padre animal.

Una madre bestia.

Por ende unos hijos primitivos y estúpidos.

Cada vena resaltada por el coraje de las interrogantes.

Porque realmente no había una razón de ser.

Cada vena que circulaba sangre a toda velocidad.

Era un golpe que se completaba.

Acompañado siempre de una baja autoestima.

Y de un desconocimiento total de la existencia.

De la vida.

Nadie sabía por qué vivían.

Nadie sabía por qué habían nacido.

Todos y cada uno de esos cerdos.

Lo único que sabían es que debían continuar.

Debían de perecer en los intentos.

Los guardias se encontraban más que cansados.

Agotados todos ellos.

Pero la idea era continuar.

Arrancando piel del Cristo.

Cada golpe eran dislocaciones.

Contusiones.

Pero todos estos hematomas terminaban siempre abiertos.

Al final no se contaban moretones.

Solamente desollación.

Al final el cuerpo de Cristo se encontraba prácticamente sin piel.

Lo que restaba de piel.

Colgaba del redentor.

Nadie pudo apiadarse ni interceder.

Nadie pudo defender al malherido.

Porque todo se dio en un apartado.

En un patio donde sólo podían llegar los guardias.

No era lugar público.

Por lo que nadie podía reclamar a ese ser.

Nadie lo hubiera visto.

Jamás.

No se podía ver.

Nadie pudo ver lo que sucedía dentro.

Al parecer ni los sonidos de los golpes podían escapar.

Lo único que se operaba allí.

Era la consumación de un proyecto divino.

Mientras que unos descansaban.

Otros cambiaban las cabezas de metal de las puntas de los látigos.

Algunas venían con picos.

O con distintos tipos de picos.

Cuando tales artefactos golpeaban.

No sólo producían los hematomas.

Sino que a parte se incrustaban.

Y cuando eran retirados en el movimiento inerciático.

Arrancaban pedazos de piel.

Este mismo ejercicio se mantuvo durante un largo tiempo.

Recibía golpes de parte de varios guardias a la vez.

No le pegaban uno por uno.

Y luego turnos.

Sino que eran mínimo 3 los que arremetían.

Entre los mismos guardias.

Enaltecían su espíritu funesto.

Y reavivaban sus energías malignas.

Entre ellos se retroalimentaban.

Para producir la energía suficiente.

Nuevamente.

Y así continuar apaleando al mesías.

Pero también intervenían todos los gritos del mundo.

La energía negativa del Planeta.

De todos los seres del Planeta.

No el Planeta en sí.

El Planeta alberga muy mala energía creación humana.

Todas estas voces se cuelan y se traspasan a quienes elaboran el mal.

En este sentido todas las malas energías.

Viajaron y se depositaron en las mentes de estos guardias.

Primero los guardias y las masas cercanas.

Se incluye a la religión de ese tiempo y a sus líderes.

Los judíos.

Los destructores.

Los primeros y cercanos.

Luego las personas de toda esa nación.

Luego todas las personas de ese continente.

Luego los entes de todo el mundo.

Contamos a los visibles e invisibles.

Los cuales también interfieren.

Estorban bastante.

Eso sin contar todos los pensamientos borrascosos.

Sucios y deformes todos ellos.

Los pensamientos.

No sólo las personas y sus malas ideas.

Sino los productos de las mismas personas.

Sus creaciones humanas.

Los, sus pensamientos defectuosos.

Toda esa basura es la que debía estar en armonía endiablada.

Con los guardias.

Ni entre ellos se aguantaban.

La depresión tomaba a ellos por sorpresa.

Los cazaba a cada rato.

Entre ellos resurgía un fastidio generalizado.

Estar viendo constantemente basura.

Violentos primitivos primates.

Estarse viendo entre ellos mismos.

Los guardias.

Era un espectáculo constante y asqueroso.

Dentro de la amistad de palo se apreciaban.

Se veían como tales.

Como bestias entre bestias.

Sólo entre éstas protegidos se sentían.

Los sudores y peste de cada uno de ellos.

La podredumbre general que cada uno portaba.

Sólo renovada mediante la competencia.

En ver quien atinaba más tiros.

Las pieles oscuras de cada uno de ellos.

La basura que por dentro y por fuera eran.

Representaban lo miseria humana.

Eran los prototipos de la estupidez.

Eran los cerdos del infierno.

La basura de los excrementos.

Los acéfalos de la región.

Lo que no podían tener otros puestos mas que de estúpidos.

Los nacidos para el área militar.

Para el área miserable.

Un tipo de personas que no debería existir.

Porque son bestias de carga.

No son como bestias, son bestias.

A esos no se les llaman personas.

Se les llaman bestias.

El topo de la locura ellos son.

La ignorancia representan.

La deformidad heredan.

Son la oscuridad.

Son la confusión.

Son la peste.

Son la hipocresía.

Son la corrupción.

Son lo antimoral.

Son la enfermedad.

Son el cáncer.

Son el mal.

Son la ingratitud.

Son el cinismo.

Son el manicomio.

Son la frustración.

Son el retraso mental.

Son la vomitada.

Son el retraso general.

Son animales.

Son incongruentes.

Son injustos.

Son marionetas.

Son criados.

Son sirvientes.

Son guano.

Son plástico.

Son tarados.

Son simios.

Son unicelulares.

Son los no nacidos.

Son los que no debieron nacer.

Son los que debieron nacer muertos.

Son los que apestan.

Son los que ensucian.

Son los que lo echan todo a perder.

Son la mala imitación.

Son la alucinación.

Son drogadictos.

Son adictos.

Son fáciles.

Son depravados.

Son incautos.

Son apostadores.

Una vida que se equivocó en su creación.

Seres que no debieron estar aquí jamás.

Como modelos de nada.

Modelos ser humano.

Eso no existe.

Es un plan fallido.

Una mala idea venida desde arriba.

Porque no eran sólo los guardias.

Son varios en todo el mundo.

La misma necedad.

El mismo estorbo.

La misma falta de misericordia.

Dios siempre enviaba a Gabriel.

Para que destruyera a todos los humanos.

Debido a lo decepcionante que resultaron ser.

Pero siempre se interponía alguien.

Que era supuestamente Miguel Arcángel.

Él siempre quería salvar a la raza humana.

A toda costa.

Sin embargo esto es como no dejar morir a la gente.

Pero no dejarla vivir tampoco.

Porque las cosas en este mundo no se pueden acomodar.

No se pueden organizar.

Todos estos ejercicios resultan casi imposibles.

Es más fácil morir que vivir.

Es mejor morir que vivir.

La vida en este plano resulta comprometedora en todo momento.

No tiene sentido.

La pulsión de muerte era la inspiración.

La pulsión destructiva era la constante.

La pulsión de destrucción.

O que anima a las personas a no ser personas.

A ser antipersonas.

A ser anticristos.

A ser antiinteligencia.

A ser antimoral.

A ser anti-ética.

A ser antivida.

A ser injusticia.

A ser antimisericordia.

Sin embargo después de brindados los golpes.

Todos fueron muertos.

Al menos del lado de los mirones.

Los guardias al parecer pasaron a la historia.

Y no fueron tragados por la tierra.

Como los demás mirones.

Debido a que tenían que regresar a su trabajo.

Quién sabe a quién más tendrían que torturar.

El hijo del hombre no sería ni el primero.

Ni el último.

Antes hubo más.

Junto a Jesús también los hubo.

Y los hubo posteriores al cristo.

Las escrituras no lo comentan.

Ya que fueron saltadas.

A manera de buenas ventas.

Esas páginas sólo recogen cierta información.

Esconden variada información relevante.

Y es que todos murieron.

En el momento en que el cristo suspiró por última vez.

En ese momento llegaron los terremotos.

Hasta las 10 de la noche de ese día seguían muriendo las personas.

Ya que caían dentro de la tierra.

La tierra se abría y caían todos los fisgones.

Todos los que celebraron matar a Jesús.

Los que desearon que soltaran a los ladrones.

Los que se burlaron.

Los que hablaron sin saber.

Los que se aparecieron justo por no tener nada qué hacer.

Los que iban de pasada.

Y todo eso les pareció una buena diversión.

La escoria humana.

Sin oficio ni beneficio.

Por esto es que Dios siempre ha querido la desintegración de la raza humana.

Pero eso es difícil de entender.

No cualquiera puede hacerlo.

No cualquiera lo comprende.

No debería existir una raza humana.

No hay razones.

No hay motivos.

No es sustancial.

Al contrario.

Es perjudicial.

Son de ese tipo de sistemas que no funcionan.

Nunca funcionará.

Tal mecánica nación para no proceder.

Para no funcionar.

Para ser algo inútil.

Que nada más consume oxígeno.

Y vida prestada.

Vidas prestadas.

Se deben pagar las rentas.

Los alquileres por tales vidas.

Por esta vida.

Todo lo malo que se organiza requiere pagar cuentas al final.

Pero también se pagan cuentas por todo lo bueno cometido.

Lo bueno no tiene peso en este mundo.

Solamente lo malo es preciso de este mundo.

Solamente lo testarudo es bienvenido.

Lo malo complace a la estupidez como tal.

No es que agrade a los demonios.

Ya que no es así.

A quien agrada es a la misma idiotez como tal.

Ante tanta estupidez humana.

Los demonios sobran.

Salen sobrando.

Y no son mas que adornos de armario viejo.

La podredumbre se encuentra en los oriundos de este mundo.

No con los de arriba.

Ni con los de abajo.

Es en medio.

Donde nos encontramos.

Que entre nosotros hacemos plausible la escoria perpetua.

Los demonios son una farsa.

Son finalmente una puesta en escena.

Son reales mas no tienen oportunidades.

Entre los humanos tales oportunidades son saciadas.

De manera constante.

Siempre.

Los de arriba callan todo el tiempo.

No existe la comunicación.

Los de abajo igualmente callan.

Aunque en comparación con lo de arriba.

Al menos se hacen más presentes.

Y es su forma de comunicar.

Sin embargo.

Todo en el mundo intermedio es tan lerdo.

Que los de arriba y los de abajo no hacen falta.

Porque no hay nada qué hacer.

Sólo constatar y constatar.

Las acciones de los desperdicios humanos.

Desperdicios tóxicos.

Es aquí cuando la química bautiza al ser humano.

Bautiza a esas ratas llamadas hombres.

Este mundo no debería existir.

Si no fuera porque al igual que aquí.

Hay otros necios por allá arriba y mismo abajo.

Que se encargan de que esta basura prosiga.

No funciona pero la fiesta debe continuar.

Textualmente la fiesta.

Como siempre ha sido.

A algunos, se les ocurrió.

Fundir un becerro de oro.

Y esgrimir una serie de súper estupideces a la par.

Últimamente se les ocurre organizar fiestas hasta altas horas de la noche.

Depravaciones, vino y drogas.

Carne.

Las palancas y conveniencias del dinero.

Pero es lo mismo.

Finalmente es fiesta.

Siempre lo ha sido.

Este Planeta es un escenario para la estupidez.

Por eso es que Dios no lo quiere.

El planeta es majestuoso.

Es un infinito gran vehículo.

El ser humano no.

Es basura y podredumbre.

Los seres humanos tienen falsas perspectivas de lo que es un Dios.

De lo que un Dios debe ser.

Pero nunca atinan.

Debido al amor.

El amor es la pieza que hace que todo se desbarate.

En este mundo todo se arregla o todo se va al caño.

Gracias al amor.

Un concepto sólo grato para este mundo.

Ya que viene a manera de complemento.

Para los seres humanos.

Y sus estúpidos trazos mentales emocionales.

Dios es el mejor.

Entre los mejores.

Es el número uno.

Como tal es una máquina de perfección.

Está mal hablar de algo que no puede ni imaginarse siquiera.

Sin embargo y por lo mismo.

Dios es el ser más inteligente que existe.

Por tal motivo no puede tratarse de un imbécil.

Los idiotas están dentro de este mundo.

Allá afuera está Dios y es un ser que no se anda con estupideces.

A la primera te aniquila.

Justo como aniquiló a los dos hijos de Aarón el sacerdote.

En tiempos de Moisés.

Todo por no seguir las instrucciones.

Por no seguir con las reglas que había conferido el Divino.

Todo por lucirse haciendo algo.

Que no debieron hacer.

Igualmente se abrió la tierra.

Y previamente envueltos en llamas.

Fueron arrojados a las profundidades del abismo.

Sin más qué decir.

Solamente así de sencillo.

A dios no le interesa la basura mundana.

Ni la basura humana.

No le interesa lo que piensan los sujetos.

Debido a que todo es menos que nada.

Alguien tan inmenso y superior no se va a abstraer en lo microscópico.

No le interesa quiénes vivan.

Quiénes mueran.

Quiénes nacen.

Quienes son asesinados.

Porque todo es parte de la ruleta.

Hitler fue culpable por tantas muertes, ?

No, solamente fue un suceso.

Un evento.

Todo está lleno de eventos.

En este mundo lo único que es real son los eventos.

Todos los que nacen y todos los que mueren.

Son eventos.

A dios no le interesa algo inexistente como el amor.

El amor no se encuentra dentro de la mecánica del Divino.

Es la justicia la que sí se encuentra como mecanismo indispensable.

A Dios no le interesan todas esas cosas mundanas.

Al hombre sí le interesan.

Hace mal, pero le interesan.

No hay otra cosa qué hacer en este mundo.

No hay opciones al parecer.

Dios ni siquiera creó este mundo.

Ni el sistema solar.

Ni la Vía Láctea.

Quién sería tan tonto de pensar algo así.

Cómo alguien tan inmenso se va a preocupar en construir algo tan pequeño, ?

Quienes construyeron todos esos mundos y galaxias fueron los hijos de Dios.

Muchos de esos nombres se encuentran en la mitología.

La cual nada tiene de mito.

Pero las personas quieren que todo mundo trabaje.

Y quieren poner a medio mundo a trabajar.

Al mismo Dios lo quieren poner a trabajar.

Y de paso que gane tan mal como los demás.

Para que todos estén fritos y en constante desventaja.

Esa es la premisa.

Esa es la concepción del hombre mundano.

El que vive en este mundo.

No tiene otra cosa qué hacer.

Mas que bajar manzanas de los árboles.

Y ya con eso le puede ser conferida una disculpa.

Y que justo por no hacer nada.

Alcance el cielo.

Se gane al cielo.

De manera imprudente e injusta.

Ya que nada bueno hizo el ser humano.

Para ganar tales tesoros celestes.

Dios no sabe ni se entera de lo del mundo.

Las guerras son propiciadas por políticas.

Por situaciones de religiones.

Por racismo.

Por diferencias más que marcadas.

Por un largo etcétera.

Y de todo eso no se entera Dios.

Jesús y la Virgen sí.

Porque ellos son básicamente mediadores.

Representantes de Dios en la Tierra.

Ellos están para que las condiciones humanas se vuelvan insoportables.

Están para que lo que ocurre en este mundo siga siendo fatal.

Para mantener el desorden entrópico natural.

Lo que con naturalidad lleva a las vías de la extinción.

Es decir, el hombre no necesita hacer gran cosa extra.

Segundo a segundo cava su propia tumba.

Pero Dios es bastante más serio que todos sus representantes.

Es una inteligencia inalcanzable.

Todos sus representantes juntos no logran entender las cosas de Dios.

En ningún momento.

Son operaciones que no son factibles por tanto.

Una maquinota así es obvio que se encuentra constantemente ocupada.

Brindando vida nanosegundo a nanosegundo.

De manera constante.

A toda la creación por completo.

Se necesita mucho ego.

Para que el individuo pretenda.

Ser atendido por el mismo Dios.

Es atendido pero en otro esquema.

Una situación que es mental

Y que es general en sí.

Es otra plataforma de multidimensión.

Pero que Él te haga caso por completo de tu estupidez.

Claro que no.

Por supuesto que no.

Las cosas no operan así.

De ninguna forma.

En ningún circuito.

En ninguna plataforma.

Son entonces lo hijos de Dios.

Los que se ven conferidos a realizar estas actividades.

Por lo mismo de que igualmente son hijos.

Terminan siendo hermanos de los demás.

Son hijos del mismo Padre.

Pero más avanzados obviamente.

Tan avanzados que pueden construir Planetas con su propia voz y orden.

Ellos por tanto se compadecen se sus hermanitos.

Los de atrás.

Vienen atrás porque son los atrasados.

Porque son justamente los menores.

Hay que ayudarlos entonces.

Es la lógica del sentido común.

De la misericordia.

De la alta moral.

De la compasión.

De la ética.

Estos son como los representantes Jesús y María.

Son igual de compasivos y básicamente están para servir.

Debido a que tienen esta costumbre.

Se quedaron con esta costumbre.

De estar entre los humanos.

De estar entre la familia.

Entre los hermanos.

Ayudarles a todos de ser posible.

Cuando se van de este plano.

Aterrizan en otro en el que pueden fungir como gran ayuda.

Una macro ayuda.

De ser así es que se comprende su función.

Son ahora elementos avanzados.

Pero siguen igualmente siendo como niños por dentro.

Y por fuera también.

Su misión es seguir entendiendo a los seres humanos.

A los seres vivos.

Es una mejor descripción.

Entonces son ellos los que se encargan.

De las cargas de todos los demás.

De los que habitan este mundo.

Ellos entienden las deficiencias de los humanos.

No las pasan por alto, pero a la vez sí.

Porque no hay gran cosa qué hacer con los humanos.s

Dios a todos los envía al infierno.

Porque Él no se anda con estupideces.

Para estupideces ya están los humanos.

Y los hay de sobra.

Lamentablemente.

Lo decepcionante de la conducta humana.

De la raza humana.

De las concepciones humanas.

De la basura humana.

De lo nefasto que es el humano.

De lo patético.

De lo irracional.

De lo antisocial.

Delo destructor.

Es más fácil destruir.

Lo más difícil e interesante es construir.

No cualquiera construye.

Cualquiera puede destruir.

Como destruir la fisonomía de un hombre.

Un hombre que no es hombre.

Alguien que es más Dios que hombre.

Más divino.

Más inteligente.

Superior.

Adelantado.

Visionario.

Hombre de fe.

De ciencia.

De lo que sea.

De lo que él hubiera querido.

Hubiera deseado.

Hubiera sido y hubiera sido.

De tan sólo pensarlo hubiera sido eso.

Mas sólo quiso defender a la raza humana.

Sus posturas ridículas y simples.

Su basura.

Lo que los seres humano en sí son y representan.

Estuvo para ellos.

Para todos si excepción.

De hecho los salvó pese a lo acontecido.

Pese a el mundo desagradecido.

No agraciado.

Sólo congregado para echarlo todo a perder.

De nueva cuenta.

Por trillonésima vez.

Él estuvo para los que perdían.

Los que perdieron.

Los que seguirían fracasando.

Enfrascados en varios valles de lágrimas.

Todos los golpes fueron devueltos uno a uno.

Pero en forma de rosas.

De claveles.

De perfecta naturaleza.

En forma de perdón.

En forma de limpieza de corazón.

En forma de pulcritud.

De perfección.

De amor.

De paz.

De silencio.

De alegría.

De felicidad.

De emoción.

De gratitud.

De sanación.

De curación.

De reparación.

De inteligencia.

De diligencia.

De acción.

De actividad.

De devoción.

De piedad. Aunque todo esto no sea representativo.

En el ser humano.

El ser humano no contiene ninguna de estas gracias.

Ni las gracias dieron.

Siguen sin dar las gracias.

Como todos los golpes eran iguales.

Podría decir mal nacidos 5475 veces.

Una tras otra.

Pero hay casi una maldición por cada uno.

Por cada golpe.

Y en efecto, por cada persona.

Los sujetos alrededor del mundo deben cargar la cruz.

Tomar la parte de la maldición que les fue concedida.

Responsabilizarse por la basura ejecutado.

Por lo que antes anduvieron.

Y que tuvieron la mala fortuna de encontrarse con el mesías.

Nadie puede escapar.

Nadie puede decir que no.

No es necesario que no lo intenten.

O que estén a disgusto con esto.

Es lo que se merecen.

Es su nuevo mote.

No hay en dónde esconderse.

No hay para qué esconderse.

Nadie puede esconderse.

Nadie puede librarla.

Nadie se puede librar.

Nadie puede escapar.

Ni con el mejor acto de magia.

Ni siendo mago.

Un buen mago estaría siempre del lado del bien.

Del lado del bienaventurado.

Bienaventurados los que buscan el silencio.

Porque el reino les pertenece.

Si buscas el silencio, la has librado.

Eres de antemano libre.

Si no es esto así.

Estás condenado por la eternidad.

Porque no sabes lo que quieres.

Porque no sabes lo que te conviene.

Lo que es conveniente para ti.

Lo que es conveniente para el mundo.

Para tus hermanos cercanos y lejanos.

Para tu familia.

Eres entonces un ignorante si no sabes lo necesario.

Lo que es.

Lo que te puede librar en todo momento.

Siempre.

Golpe a golpe.

Se tiñó la historia.

Se acabó la historia.

No hay más historia.

Sólo histeria.

No hay más.

No existen más momentos.

Sólo los que hubo.

Y estos fueron equivocados.

Todo en manos de los que no debieron nacer.

Por ellos es que todo terminó tan pronto.

Terminó antes de tiempo.

Sin embargo así el mesías salvaría a toda la humanidad.

Pero no sólo la de ese tiempo.

Sino la de todos los tiempos.

En presente pasado y futuro.

Y aún más.

Considerando también todas las miltidimensiones.

Fue en definitiva un récord cósmico que sólo él podría lograr.

Él salvó al planeta básicamente.

Él hizo lo que tenía que hacer.

Y lo hizo.

Él salvó del pecado general y de la muerte conferido por ello.

A toda la humanidad de todos los tiempos.

Desde antes y para el después.

Se dice fácil mas no lo es.

No lo era.

No lo será.

Es sumamente complejo.

La idea fundamental entonces.

Es que todos estamos salvados gracias a él.

Gracias a todo su sufrimiento.

Algo que en definitiva no debió de haber pasado.

Sucedido.

Mas fue así porque la raza humana es estúpida.

Y por eso fue seleccionada por Dios.

Caerían de inmediato.

Morderían el anzuelo.

Comerían del fruto prohibido.

Caerían en las redes.

Caerían en la trampa.evidenciarían su estupidez.

Una y otra vez.

Por la eternidad.

Una y otra vez estúpidos.

Una y mil veces más, imbéciles y torpes.

1000 veces 1000 bastardos.

Por la eternidad.

Por el infinito.

Por idiotas.

Por malagradecidos.

Por desgraciados.

Por desdichados.

Por infelices.

Por torpes.

Por ciegos.

Por mudos.

Por acéfalos.

Por insensibles.

Por malditos.

Por austeros.

Por miserables.

Por pobres.

Por antipáticos.

Por graciosos.

Por berrinchudos.

Por exigentes.

Por no ser gentes.

Por apáticos.

Por malnacidos.

Por engendros bastardos baratos.

Excrementos.

Excrementos humanos.

Vomitadas.

Vómitos humanos.

Excrementos del ano de satanás.

Excrementos del orificio del maligno.

Cubetadas y cubetadas de vasca.

La basura de la basura.

La vomitada de la vomitada.

La porquería de la porquería.

El asco del asco.

La putrefacción de la putrefacción.

La micción de la micción.

La deyección de la deyección.

El estiércol del estiércol.

El asco del asco.

El asno del asno.

El ano del ano.

La cloaca de la cloaca.

La muerte de la muerte.

Jesús rompió un récord.

Logró un récord universal.

Cósmico.

La humanidad batió su propio récord.

El récord a la estupidez humana.

La humanidad es el prototipo de la estupidez humana.

La humanidad es la ignorancia.

La pestilencia.

Las ratas podridas.

Los gusanos asquerosos.

Los insectos rastreros.

Las bestias rastreras.

Los seres rastreros.

Las cucarachas infelices.

Las ratas rabiosas.

La infección.

Foco de infección.

Centro de putrefacción.

Origen de la peste.

Origen del mal.

Origen de la vanidad.

Origen del ego.

Origen de los traumas.

Origen de los complejos.

Origen de la corrupción del cuerpo y la mente.

Origen de los orines.

Origen de las heces fecales.

Origen de las enfermedades mortales.

Origen del pecado descomunal.

Origen de lo inevitable.

Origen de lo que debía pasar y suceder.

Origen de la decepción.

Origen de la concepción estúpida.

Origen de lo inservible.

Origen de lo inútil.

Origen de los resultados.

Origen de las causas.

Origen de los efectos.

Origen de la misma basura en sí misma.

Origen de la idiotez.

Origen del mal olor.

Origen del mal humor.

Origen de los tumores.

Origen de las contradicciones.

Origen de las malas intensiones.

Origen de lo vacío.

Origen de la tristeza.

Origen de las amarguras.

Origen de la infelicidad.

Origen el engaño.

Origen de el desequilibrio.

Origen de la fatalidad.

Origen del vicio.

Origen del asco.

Origen de la tibieza.

Origen de la flaqueza.

Origen de la cobardía.

Origen de todos los defectos habidos y por haber.

Origen de toda la basura habida y la que falta por aparecer.

Origen de toda la maldita estupidez contenida en los universos de universos.

Y en toda la creación de Dios.

Las maldiciones caen al hombre.

Tiempo por tiempo.

Y no porque vengan de lo alto.

Sino que proceden de lo bajo.

Y de lo miserable que es el hombre.

Ahora tenemos en pleno 2020.

Una pandemia que si bien es cierto.

Que no existe.